viernes, 11 de mayo de 2007

Rosa entre las rosas...



MADRE

Mi abnegada y bella madre
es como la flor hermosa en el jardín.
Las lágrimas de felicidad que nacen de sus ojos
son como las cristalinas aguas del manantial.

Madre, eres la luz que me guiará lejos
tus palabras llenan de aliento a mi corazón
para poder bregar en este mundo hostil.
Madre, y en el frío invernal
extenderé mis brazos y te daré abrigo.

No dejaré que el sufrimiento se apodere de ti
ni que la tristeza oculte tu alegría.
Mi grito será como aquel estrépito
que hará revelar la verdad oculta.

Madre, no desfalleceré sabiendo que estás a mi lado
lloraría inconsolablemente si no siento el latido de tu corazón.
Y con la suave pluma en mano escribiré
Madre te amo, te amo.

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